La Luz es necesaria para la vida

La célula es un sistema termodinámicamente inestable. Esto significa que, sin un continuo aporte de energía, una célula se degradará espontáneamente y se convertirá en un conjunto de moléculas sin vida.

Para mantener la vida, un sistema vivo no solo se repara o reemplaza sus estructuras mediante un constante suministro de los materiales de los que se compone, sino que mantiene sus procesos vitales por un constante aporte de energía.

Los sistemas vivos necesitan un suministro de energía para sintetizar continuamente nuevas moléculas orgánicas y para reparar o sustituir las moléculas orgánicas degradadas.

La vida es una consecuencia de reacciones químicas sucesivas y coordinadas, la más importante es la Oxidación-Reducción (reacciones Redox).

La más importante de estas formas de aporte de energía es la luz.

Las plantas precisan de luz para la fotosíntesis. Proceso en el que interviene la clorofila, biomolécula que absorbe energía lumínica que la planta transforma en energía química, energía que le permitirá desarrollar sus funciones vitales.

Del mismo modo, las células humanas precisan captar la energía de la luz para desarrollar sus funciones vitales.

Sin luz no hay vida. LIPOLED aporta a las células un tipo de luz que es directamente absorbida por la mitocondria de la célula y convertida en ATP (adenosín trifosfato) que es el combustible de las células.

No cabe duda de que la luz es energía, basta con concentrarla con una lupa sobre un papel para ver sus efectos.

La poca luz solar que pasa por el diámetro de una lupa, concentrada en un punto, provocará una temperatura tal que, pasados unos segundos, encenderá el papel.

Sin embargo, si cubrimos y descubrimos alternativamente la lupa, no conseguiremos elevar la temperatura lo suficiente para encender el papel, pero no por ello el papel habrá dejado de recibir luz.

El absoluto control de la energía de la luz es de suma importancia para administrar a las células la cantidad necesaria de energía para sus funciones vitales.

Si les administramos una cantidad insuficiente, no provocaremos ningún efecto relevante. Al contrario, si administramos una cantidad excesiva de energía, provocaremos un calentamiento de las células que puede ser excesivo y causar la destrucción de su patrimonio proteico lesionándolas y eventualmente causando su muerte.

LIPOLED controla absolutamente la energía suministrada regulando su intensidad y administrándola de forma intermitente. Mediante este control puede administrar impulsos de luz muy intensos que pueden penetrar hasta 8 cm. en la masa muscular sin por ello calentar las células.

Si aplicamos la luz de forma incontrolada, puede transformarse en calor que producirá lesiones y quemaduras en las estructuras celulares. Para poder aplicar la luz de forma continua sin elevar la temperatura hay que hacerlo con una intensidad tan baja que su penetración es mínima y solo permite tratar las estructuras más superficiales de la piel.

LIPOLED emite la luz a impulsos extremadamente cortos, de 200 ns, dejando un tiempo, entre pulso y pulso, suficiente para una completa relajación térmica. De esta forma se consigue una gran penetración y no aumentar la temperatura de la célula.

¿Qué luz emite LIPOLED?

LIPOLED es una aparatología que emite luz infrarroja atérmica a 850 nm a través de un cabezal de 64 diodos LED que permiten una penetración de hasta 8 cm de profundidad de forma no invasiva y sin ningún efecto secundario.

La luz emitida por LIPOLED no utiliza las propiedades TÉRMICAS del infrarrojo, por lo que no calienta. Utilizamos únicamente sus propiedades bioestimulantes, por eso hablamos de TERAPIA DE FOTOBIOESTIMULACIÓN.